Escudo de armas de Yucatán

HERALDICAMENTE, LA DESCRIPCIÓN DEL ESCUDO DE ARMAS oficial es la siguiente: en campo de sinople, ciervo elanzado de oro, con sol moviente del mismo metal, surgiendo del ángulo siniestro del jefe. En punta: planta de henequén de oro, terrazada de piedras o lajas del mismo metal. Bordura de oro con dos arcos mayas y dos espadañas coloniales españolas, colocada en jefe y punta, diestra y siniestra, respectivamente.

APROXIMADAMENTE DESDE EL SIGLO XV Se inicia en España la costumbre de distinguir con emblemas heráldicos propios y particulares a las familias que ostentaban títulos de nobleza y a las ciudades principales, tradición que continuó en las posesiones españolas de todo el mundo. De esta suerte la ciudad de Mérida de Yucatán obtuvo el título de Muy Noble y Muy Leal –conferido en Valladolid (España) el 30 de abril de 1605 y confirmado por cédula real de 13 de julio de 1618-, y su escudo de armas que le otorgó el rey Felipe III en San Lorenzo el Real el 18 de agosto de 1618.

La Mérida mexicana, de hecho contó con doble escudo, pues el cabildo de 1543 asumió y confeccionó uno propio, que inútilmente propuso al rey confirmar, en el que figuraban "cuatro torres y en medio una de homenaje, en cada torre una bandera verde y en la de homenaje un estandarte colorado en campo amarillo, armadas las torres sobre cuatro leones, las cabezas afuera, en memoria de la conquista y población de esta tierra". Estas armas –afirma el historiador Francisco Molina Solís– pervivieron en las banderas o insignias del ayuntamiento hasta 1821, sin mengua del escudo otorgado en la segunda decena del siglo XVII, que ostentaba un león ramparte en campo verde y un castillo torreado en campo azul.

Después de la independencia nacional, aceptada oficialmente por España en 1836, las flamantes entidades federativas mexicanas fueron reconocidas simbólicamente por los viejos escudos coloniales de sus ciudades capitales, cuyos nombres se adoptaron para designar a las nuevas demarcaciones geopolíticas en el sistema de Intendencia implantado en 1786. Así pues, desde este año hasta el de 1821 en que Yucatán se independizó de España –15 de septiembre-, la Intendencia de Mérida tuvo como escudo el de la ciudad de Mérida de Yucatán, que por extensión, costumbre o falta de interés público para renovarlo o adecuarlo, continuó usándose indebidamente como el del Estado de Yucatán hasta el presente año 1989 en que, por iniciativa del Lic. Víctor Manzanilla Schaffer, Gobernador Constitucional de Yucatán y con la aprobación del Congreso del Estado, se adoptó un Escudo de Armas bello y singular que pone fin a un período de algo más de ciento cincuenta años de ausencia heráldica oficial.


EL 22 DE SEPTIEMBRE DE 1989 EL C. GOBERNADOR Constitucional del Estado, Lic. Víctor Manzanilla Schaffer, envió al Congreso local una iniciativa de decreto para adoptar un Escudo de Armas del Estado de Yucatán que lo representase oficialmente ante las demás entidades federativas de la República, ya que "los gobiernos han utilizado casi en forma oficial el de la ciudad de Mérida, cometiendo una falta histórica que, en ocasiones, ha sido definida como usurpación heráldica".

Considerando el Ejecutivo del Estado que el carácter definitivo y perpetuo del conjunto simbólico debe ofrecer un mensaje intemporal y válido en cualquier tiempo presente y futuro y no quedar sujeto a ninguna confrontación ideológica de carácter histórico, político o religioso, propuso que en el escudo hubiera elementos representativos de los reinos naturales; un Henequén –verdadero milagro ecológico– afirmado sobre un suelo de lajas calcáreas, un Venado que es figura señera de nuestros montes, y un Sol implacable de rayos abrasadores como símbolo cósmico. El escudo de Yucatán también debe ostentar –dice la iniciativa– la presencia de las dos culturas básicas constitutivas de su pueblo: la maya y la española, representadas por elementos típicos de su arte arquitectónico, como son: el arco maya y la espadaña, remate inconfundible de los templos coloniales hispanos diseminados en la Península. Para dar sobriedad al moderno escudo se propuso el uso de dos esmaltes: el verde que es el color del campo y de la ecología, y el oro que es el esplendor de la tradicional riqueza cultural yucateca.

Los integrantes de las Comisiones Permanentes del Congreso, antes de entrar al estudio y análisis de la iniciativa del Gobernador del Estado, convocaron a la celebración de audiencias públicas para que todos los sectores de la población pudieran emitir criterios u opiniones que estimaran convenientes para la creación del escudo de armas, convocatoria a la respondieron tres personas con sendos proyectos, los que una vez ponderados por los Diputados de las comisiones aludidas, se decidieron por el trabajo que presentó el Sr. Juan Francisco Peón Ancona, y que correspondió a los planteamientos de la iniciativa del Ejecutivo del Estado. En tal virtud se emitió un proyecto de decreto que, una vez analizado y suscrito por LI Congreso Constitucional del Estado Libre y Soberano de Yucatán y refrendado por el C. Gobernador Constitucional del Estado Lic. Víctor Manzanilla Schaffer, fue promulgado en el Diario Oficial del Gobierno del Estado de fecha 30 de noviembre de 1989.

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